Borrar
Javier Cebrián asegura que la panadería es parte de su vida.
"La panadería y estar con los galgos son mis pasiones"

"La panadería y estar con los galgos son mis pasiones"

Javier Cebrián Rey lleva casi 30 años dedicado a la panadería familiar, 'Los Pollos', que ya suma cuatro generaciones

Lucía Campón Gibello

Jueves, 28 de julio 2016, 21:17

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Javier Cebrián lleva casi tres décadas en la panadería que fundó su padre, la de Los Pollos, y a la que se unió por su hermano Vicente cuando tenía 26 años. Un negocio familiar que ya suma cuatro generaciones, y que a este casareño le da la vida a diario.

-¿Cuándo llegaste a la panadería?

Estaba trabajando en el bar de mi padre, mi hermano lo hacía en la panadería con mi primo Santi y me dijeron que si quería irme allí con ellos, pero que era un trabajo duro porque había que levantarse a las dos de la madrugada. Hubo una época que estuve yendo al bar y a la panadería, a los dos sitios. Yo ahí tenía ya 26 años, pero antes, con 14 años estuve de pastor, luego en una empresa de terrazos hasta los 22 años, y más tarde trabajé como mensajero.

-¿Cómo resultó ser el trabajo en la panadería, le costó adaptarse?

Los primeros días recuerdo que fueron duros. Entraba a las dos, hacía el pan y lo repartía. Empecé como repartidor con un 4-L y una banasta por la plaza Italia, o en el barrio de los gitanos donde siempre se vendía todo el pan que llevaba. Iba por los domicilios pero también por todas las tiendas que veía, allí me ofrecía para vender el pan. Poco a poco fui captando más tiendas y clientes en Cáceres. Aquí en el pueblo lo repartía mi madre y la señora Rufina y en los distintos despachos que había. En aquel momento estaba esta panadería y la de Adolfo. Cada mes que pasaba iba casi cambiando de vehículo, cada vez más grande.

-Un negocio familiar que ya suma cuatro generaciones

Sí, lo fundó mi abuelo Santiago Cebrián Manzano con su socio Félix Domínguez. Luego siguieron sus hijos, que eran mi padre, El Moreno y Kiko, luego ya lo cogió mi hermano Vicente cuando vino del ejército y ahí fue cuando mi padre ya lo dejó. Luego entré yo y ahora están tres sobrinos y mi hijo. En el pueblo no hay ni un solo negocio de cuatro generaciones ahora mismo.

-En todo este tiempo, ¿cómo han cambiado las cosas?

Ha evolucionado mucho en cuanto a número de trabajadores, ahora estamos unos veinte. También antes se hacían muchas menos piezas, unos 150 kilos que eran entre 300 y 400 piezas que se hacían en la tahona de la calleja que aún seguimos manteniendo con un horno de leña. Luego alquilamos la tahona de Manolo Juanimedio y la tuvimos 18 años hasta que abrimos esta nueva. Tenemos otros dos hornos de leña y otro más de aire. Se hacen unas 8.200 piezas de pan a día de hoy entre panes, medios, bollos, pistolas y demás. También nos hemos metido a la venta de baguet y todas las semanas vienen dos tráiler con mercancía. Ahora mismo repartimos en Garrovillas, Arroyo, Malpartida, Sierra de Fuentes, Valdesalor, Aldea del Cano, Alcuéscar y Carmonita. Aquí se trabaja todos los días del año, porque aunque el 25 de diciembre y el 1 de enero no se hace pan hay que venir para repartir las baguet.

-¿Cómo se lleva trabajar en una tahona rodeado de hornos?

Hace mucho calor, pero el cuerpo se hace. Yo prefiero el calor de la panadería al de las cuatro de la tarde en una piscina.

-¿Cuáles de los oficios que ha realizado le gusta más?

Sin duda éste, es el que más me gusta, hablo mucho con los clientes, la panadería es mi vida, vamos, el pan y estar con los galgos es lo que más me gusta, son mis pasiones.

-¿De dónde le viene esa afición por los galgos?

Pues un vecino me inculcó la pasión por estos perros cuando tenía seis años. Estuve tres meses sin ir al colegio porque los jueves yo me iba de caza, y el director me dijo que no entraba más al colegio mientras no fuera mi madre a verlo, pero como nunca se lo dije a mi madre, no podía ir a la escuela. Al final ya me dejó entrar y mi madre nunca fue. No he sido buen estudiante y lo único que me saqué fue el certificado de estudios primarios, pero me he buscado bien la vida y estoy contento con el negocio que tenemos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios