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'Reflexiones en Silencio', segundo libro del autor José María Pacheco.
“La gente llora pero no lo dice"

“La gente llora pero no lo dice"

José María Pacheco ha publicado dos libros en poco más de un año

Lucía Campón Gibello

Lunes, 2 de enero 2017, 15:00

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José María Pacheco ha publicado dos libros en poco más de un año. El pasado 3 de diciembre presentó su segunda obra Reflexiones en silencio. Tras el relato autobiográfico de Un viaje a mi pasado el autor casareño hace una apuesta por la prosa poética y desnuda todo tipo de sentimientos a lo largo de 222 historias cortas, las primeras de lo que será una trilogía.

-¿De dónde surge su gusto por la escritura?

Todo surge cuando estuve en la Armada Española, cuando estudiaba en la academia, fue donde me planteé la necesidad de escribir un libro, algo que ya tenía en la cabeza desde hacía tiempo. En aquel momento empecé a escribir un libro pero no cuajó porque el nivel de estudios era duro y no podía seguir. Pero se me quedó como una asignatura pendiente, y siempre tenía claro que cuando tuviera un huevo empezaría a escribir, y hace tres años empecé a ordenar todas las ideas de lo que quería plasmar en mi primer libro Un viaje a mi pasado. Lo iba a escribir en tercera persona, pero era una historia mía propia y lo hice al final en primera persona. Ya había escrito cosas, incluso cartas para novias que no eran mías. Ese libro en concreto empieza en el minuto cero, no había nacido siquiera y ya estoy hablando de mí.

-En apenas un año consigues sacar a la calle dos libros, el último Reflexiones en silencio.

Alguien de un grupo de escritura de Barcelona al que pertenecía me captó al ver algo que había escrito. En ese grupo había gente muy formada, y me orientaron porque estaba dando palos de ciego, y empecé a escribir prosa poética porque es algo que me resulta atractivo, y así me empecé a meter en esto. Es un sistema que te deja expresarte mucho, te da libertad. Reflexiones en silencio es un cúmulo de historias referentes a los sentimientos que tenemos las personas, pero todo escrito bajo mi punto de vista. No es un diario. Hablo del día a día, todo el mundo tiene decepciones amorosas, se ilusiona, todo el mundo llora o ríe, tiene esperanza, y muchas cosas más. Es un libro puramente de sentimientos, son 222 historias de cosas que nos suceden todos los días. Las ideas las capto de cualquier cosa o lugar. El año pasado por la playa unos chavales estaban cantando una canción y me caló tanto una frase que a la mañana siguiente saqué la historia. Decía algo así como que el fuego y el agua no se pueden juntar, ni la noche ni el día. Las historias no me surgen de prepararlas, sino que apunto todo lo que escucho por ejemplo mientras estoy trabajando o en cualquier sitio, y cuando me siento a escribir saco esos apuntes y empiezo a recordar lo que se me vino a la cabeza en el momento que las anoté en un trozo de papel.

-De hecho es una trilogía, así que toca seguir escribiendo nuevas historias

Sí, es una trilogía, es fácil de leer porque son historias muy cortas, es un libro para todos los públicos. Antes de Navidad intentaré que esté la segunda parte de esta trilogía en la calle, pero aún me falta mucho, y hay que dedicar tiempo a la corrección. A lo largo del año iré recopilando historias, sólo tengo de reserva siete u ocho. Tengo que estar pendiente del chispazo, no es escribir por escribir, no hay una trama específica, sino que son cosas que suceden en directo. No hay nada construido, escribo sobre la marcha, sobre lo que me va surgiendo. Escribiendo también te conviertes en tu propio juez porque hay veces que me sorprendo de haber escrito cosas y le doy la vuelta y hago cambios.

-Pero escribir no es fácil, y mucho menos publicar una obra y ninguna de las dos cosas se le han resistido al final.

He sido una persona muy activa, a la que le gusta probar de todo, nunca pensé que iba a tener un libro en la calle, he hablado con gente que ha escrito un libro pero que no lo ha publicado, y me preguntan que qué hay que hacer, y para sacarlo a la calle hay que dar muchas patadas, es un proceso delicado. He sido en esa parte un valiente y lo he hecho posible. No me quiero colgar medallas pero me he metido en un mundo en el que no conocía a nadie, ni a escritores, he dado muchos palos de ciego, me metí en el grupo donde había gente muy culta y al final tuve suerte. Al final lo hago posible con el valor de decir: voy a convertir todos los apuntes y escritos en algo limpio y que salga a la calle.

- Cuando uno habla de sentimientos propios, ¿se siente más libre tras hacerlos públicos?

Sí, por supuesto, pero también corres el riesgo de que la gente se piense que es un diario personal. En mi segundo libro me desnudo mucho, digo cosas que la gente normalmente no cuenta, la gente llora pero no lo dice, aquí reflejo mucho de mis sentimientos. El objetivo es que cuando alguien esté en una página no se acuerde de mí que soy el que lo escribe, sino que se acuerde de sí mismo. No es un libro para entretener, sino para hacer pensar. Que en algún momento te saque una lágrima o te haga reflexionar. Es valentía, decir cosas que a lo mejor nadie dice. Al final pierdes el miedo y la vergüenza, es una confesión casi directa.

-La escritura es una de sus pasiones, ¿podría vivir de esto?

Tenía dos cosas pendientes, la guitarra y la escritura y ahora mismo le dedico más tiempo a escribir que a la música. Cuando acabe estos tres volúmenes dejaré los libros y empezaré a escribir relatos y presentarme a certámenes. También me gustaría escribir algunas canciones de rock. No me quiero encasillar porque a estas alturas sé que no voy a comer de esto, no gano nada con ello, simplemente es una satisfacción personal. He sido siempre ambicioso y sé que no voy a tener siempre todo lo que quiero hacer cumplido, cada vez quiero probar más cosas, y me falta tiempo para todo lo que quiero hacer. Me estaré muriendo y le estaré diciendo al que tenga a mi lado me quedan un montón de cosas por hacer.

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