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El joven cacereño de nombre Hussein que pasará a llamarse José
«Nadie me contrataba por llamarme Hussein y me he cambiado el nombre»

«Nadie me contrataba por llamarme Hussein y me he cambiado el nombre»

El joven de 29 años de Casar de Cáceres ha obtenido el permiso legal para llamarse José por las dificultades encontradas en la búsqueda de empleo

AMANDA PRADO

Martes, 23 de agosto 2016, 08:24

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El nombre de una persona es algo que caracteriza y marca al individuo de por vida. Aunque es ajeno a nuestra elección. Resulta cotidiano encontrar el caso de alguien que detesta o no se siente identificado con la forma en que se llama, sin embargo, no es tan usual que un nombre te cierre las puertas de un trabajo y te arrastre al desempleo.

Hussein Borrella Mateos es de Casar de Cáceres. Tiene 29 años y ha trabajado como informático durante seis. Su nombre jamás le había causado en el pasado un perjuicio más allá de tener que repetir hasta la saciedad el porqué del exótico apelativo.

«Mis padres decidieron llamarme Hussein porque les gustaba mucho el rey de Jordania. Yo nací en el año 1987, por aquel entonces nadie lo relacionaba con un dictador o con conflicto. Antes de la Guerra del Golfo el nombre de Hussein no era relevante», explica.

Fue a partir del año 1991, cuando tuvo lugar la primera Guerra del Golfo y su Operación Tormenta del Desierto, cuando el mundo occidente fijó su mirada en los países de Oriente Próximo y elevó el protagonismo de Sadam Hussein. Es por eso que el joven casareña cuenta que la primera reacción de cualquier persona al escuchar su nombre es relacionarlo con el tirano iraquí.

El siguiente paso es la asociación hacia lo islámico. «A mí me gusta mi nombre. Pero siempre en la primera toma de contacto se asocia de manera casi involuntariamente con algo islámico. Si que es cierto que cuando me ven físicamente lo descartan. Yo soy muy rubio, tengo la piel clara, parezco de todo menos árabe. Aparte de que en mi familia no tenemos relación con personas musulmanes por ningún lado. Hasta ahora jamás había tenido ningún problema relevante con mi nombre, pero en los últimos tiempos sí», cuenta Husse, como le llaman sus amigos.

Después de trabajar como informático durante seis años en un colegio de Cáceres, al finalizar su contrato inició de nuevo la búsqueda de empleo.

«Cuando tuve que volver a buscar trabajo mi nombre se convirtió en un verdadero problema. Me di cuenta de que muchas empresas echaban para atrás mi curriculum por cómo me llamaba. Y eso que ni tan siquiera suelo poner Hussein, sino Husse. He tenido varias entrevistas y varios procesos de selección donde se centraban básicamente en el porqué de mi nombre; creo que en muchas de ellas hubiese podido obtener el trabajo de no ser por la desconfianza que inspira».

Rechazos

«Tras los numerosos rechazos», añade, «decidí por mi cuenta cambiar mi curriculum y poner el nombre de José. Desde ese momento he recibido bastantes llamadas y propuestas de trabajo. Eso ha sido definitivo para que me decidiera a iniciar los trámites legales de cambio de nombre».

Husse señala que durante estos últimos años ha notado incluso cierta discriminación como consecuencia de su nombre, tras la proliferación de ataques terroristas internacionales protagonizados por grupos islámicos radicales. Ha observado desconfianza en la población respecto a todo lo que apunta al mundo árabe.

«Consideré que era un motivo más que suficiente para hacer el cambio de nombre y decidí acudir al registro civil de Casar de Cáceres. Para mis padres no supuso ningún problema. Ellos saben que a mí me gusta, pero lo laboral apremia».

«En el ayuntamiento expuse el caso y en ningún momento dudaron de mi palabra, me tomaron en serio. Allí me conocen desde siempre, saben que mi familia es española cien por cien. Vieron que tenía razón y no pensaron que era una broma», explica Husse.

Los primeros trámites comenzaron a hacerse desde Casar de Cáceres, pero luego ha tenido que enviar al Ministerio de Justicia en Madrid una petición formal de cambio de nombre, acompañada de un documento que certificaba que era ciudadano español con procedencia española.

«También he tenido explicar la discriminación que he sufrido por motivos de mi nombre. La petición finalmente ha sido aceptada. Una vez que se produzca la resolución tendré mi nuevo DNI donde pasaré a llamarme José», explica el protagonista de esta historia.

Sin embargo, parece que las preguntas no se acaban. «Todo el mundo me pregunta ahora y se asombra de que por qué he elegido un nombre tan común y sencillo como José teniendo la posibilidad de escoger cualquiera. Pero lo tuve claro, decidí que fuera ese porque mis dos abuelos se llaman así, y además es lo más parecido fonéticamente a mi nombre actual. Sé que mis amigos seguirán llamándome Husse, excepto los más allegados que me dirán Hussein como han hecho siempre cuando se enfadan conmigo, o pretenden llamar mi atención. Pero de cara a lo legal seré José». Y, probablemente, con empleo.

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