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Los gatos deambulan por los alrededores de la calle Saturnino Martín Moreno. L.C.G./J.S.
Polémica por los gatos silvestres de la calle Saturnino Martín Moreno

Polémica por los gatos silvestres de la calle Saturnino Martín Moreno

El Ayuntamiento precinta el lugar en el que varios vecinos daban comida y agua a los felinos

Lucía Campón Gibello

Martes, 27 de junio 2017, 21:06

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Los gatos callejeros residentes en los alrededores de la calle Saturnino Martín Moreno tenían comida de sobra para subsistir. Sin embargo, las quejas procedentes principalmente del instituto, por donde solían hacer acto de presencia, han frenado la presencia de estos felinos en las últimas semanas.

Tres vecinas se encargaban de alimentar con pienso a estos gatos silvestres sin dueños. Según explica una de ellas, que prefiere guardar el anonimato, había una colonia de 10 ó 12 gatos pero ya no hay ni la mitad. Según ha explicado a este diario, ella financiaba la comida de los gatos junto a otra vecina, y una tercera era la que repartía la comida de forma rutinaria en una zona que el Ayuntamiento no dudó en precintar cuando se enteró de lo que sucedía.

Hace semanas recibieron la visita de un veterinario que les pidió que no echaran de comer a los gatos, según indica otro vecino que no entiende por qué no puede seguir haciéndolo si no perjudica a nadie.

La zona en la que los gatos eran alimentados está junto a las instalaciones eléctricas que lindan con la sede de la asociación Adiscasar, próxima también al instituto Vía de la Plata.

Tras observar la escasa presencia de los gatos, las vecinas acudieron hace unas semanas a la Guardia Civil porque sospechaban, según indican, que los gatos podrían estar siendo envenenados por parte del Ayuntamiento. Este hecho no se ha podido demostrar y desde el Consistorio niegan dicha acusación.

Acusaban que los gatos podían ocasionar infecciones o alergias cuando eso no es posible, ya que en esta zona también hay ratas y otros animales que deambulan de su cuenta y buscan también la comida que dejan los estudiantes por las zonas del patio.

El Ayuntamiento no cuenta a día de hoy con una ordenanza explícita que regule la presencia de animales callejeros (donde se haga referencia por ejemplo a la prohibición de alimentarlos), pero sí la de mascotas con dueños en las que se establecen unas obligaciones.

Los vecinos con los que ha podido hablar este diario consideran que los pobres gatos no hacen nada y tienen derecho a vivir, aclaran.

El alcalde, Rafael Pacheco, asegura que las medidas que se han tomado de cerrar la zona donde se abastecía a los gatos ha ocasionado que los animales desaparezcan al no contar ya con comida.

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