Cinco jóvenes universitarios ejercen de maestros en el colegio público

Durante casi cuatro meses realizan las prácticas de Educación Infantil y Primaria

Los jóvenes han contado con el respaldo de sus tutores en cada una de las aulas. L.C.G.
EDUCACIÓN

María del Pilar Barrantes, María Isabel Palacín, Iván Gudiño, Vanesa Vicente y Soledad María Granado, jóvenes de entre 22 y 27 años, han desempeñado las funciones que en un futuro serán propias de su profesión. Durante tres meses y medio han ejercido como maestros, apoyados por un tutor dentro del aula, en el colegio público León Leal Ramos.

Todos cursan el segundo año de su titulación en Educación Infantil y Primaria en la Universidad de Extremadura y, gracias a las modificaciones implantadas por el Plan Bolonia, han podido beneficiarse de este período de prácticas, que años atrás era más breve. "Antes sólo eran 24 días de prácticas y ahora son casi cuatro meses", explican los jóvenes.

Según el programa de prácticas, los primeros días sus funciones serían las de observar la dinámica y desarrollo de la clase. Sin embargo, sus tutores le han dado la oportunidad de involucrarse en este proyecto formativo desde el principio. "Hay tutores que nada más empezar nos han animado a impartir las clases, porque lo que realmente nos faltaba era esa seguridad de poder hacerlo", señala Iván Gudiño.

De esta forma han logrado ganarse el respeto de los alumnos, como si de sus maestros se tratara. Ajenos a la teoría dictada por sus libros universitarios, los alumnos se han encargado de diseñar y preparar las clases para el día siguiente. Estos principiantes maestros aseguran que la experiencia adquirida es fundamental, e insisten en que se sienten preparados para salir al mercado laboral. "No tiene nada que ver lo que aprendes en la universidad con la experiencia que adquieres a través de estas prácticas", coinciden Soledad, Vanesa y María Isabel.

Pese a que su formación continúa, algunos piensan ya en opositar. "Una salida va a ser estudiar las oposiciones, pero ahora hay pocos puestos y va a ser difícil", resalta María del Pilar. No obstante, para Iván existen otras posibilidades, como continuar con la formación o la vinculación de su carrera con el mundo empresarial.

Por su parte, el director del centro, Pedro Caminero, asegura que con la participación de estos alumnos en la docencia del centro "nos damos cuenta de la gran cantidad de cosas que nos aportan, y se trata de ir adecuando cada vez más la escuela a las demandas sociales, como son las nuevas tecnologías".

Desde hace algunos años, este centro participa con la Universidad de Extremadura a través de los convenios de prácticas, cuyo objetivo es también "que los alumnos puedan adquirir experiencia del profesorado y que les sirva para un futuro", detalla Caminero.  Este año el grupo de alumnos beneficiados es más numeroso que en cursos anteriores.

Ayer fue el día de la despedida. Los alumnos de entre 3 y 7 años dijeron adiós a los que durante un tiempo han sido sus maestros. Los cinco alumnos afortunados reconocen que se van con pena "porque se les coge mucho cariño a los niños". Ahora, su cometido será continuar con sus clases universitarias, donde volverán a ocupar el pupitre de alumno.