Pocas latas y poco ruido. Un año más, la que hasta hace unos años había sido una de las tradiciones más sonadas de la localidad, acaparó pocos seguidores. La velada, que se celebra el día antes de la festividad de Santiago Apóstol, era un día en el que niños y jóvenes acudían junto a la ermita con sus latas, atadas con cuerdas, para ser arrastradas por las calles del municipio.
Pero poco a poco esta tradición ha ido en decadencia. Anoche, tras la misa y la novena en honor al Apóstol, fueron escasos los niños que quisieron conservar esta tradición. "Recuerdo que el grupo de amigos llevábamos chatarra de todo tipo, un año incluso hasta una lavadora vieja que nos habíamos encontrado", explicó uno de los jóvenes que ayer asistió a los actos de la ermita.
Algunos casareños, con más de medio siglo a sus espaldas, recordaron también sus años de juventud cuando llegaba este día y nunca faltaban a la cita la noche antes previa al 25 de julio. "Esto ya no es lo que era, nos lo pasábamos en grande y ya se está perdiendo toda esta tradición", resaltaron. A pesar de que la pretensión de la Hermandad de Santiago es reavivar esta costumbre, lo cierto es que muy pocos niños y jóvenes se sienten atraídos por este hecho a día de hoy.
Centenares de personas asistieron a la novena celebrada ayer en la ermita, donde se contó con la presencia de un coro rociero. La gran presencia de hermanos y devotos de Santiago hizo que muchos de los asistentes tuvieran que permanecer de pie, e incluso, agolpados en las puertas de la ermita. También se pusieron a la venta los productos que no se vendieron el día anterior, los cuales fueron bendecidos.
Los actos en honor al Santo concluirán hoy con la procesión por las calles Larga y Santiago, tras la celebración de la noven que comenzará a las 21.00 horas. La imagen que saldrá en el recorrido será la de Santiago Peregrino, una talla adquirida hace ocho años por la Hermandad.