La imagen tiene dos días de celebración al año. Uno de ellos, en el mes de abril, con la celebración del día Las Cruces. El otro, el último domingo de septiembre, mes en el que varias décadas atrás la patrona era trasladada hasta el pueblo cada cuatro años. Con el paso del tiempo los cofrades decidieron que la Virgen celebrara su novenario en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, por lo que finalmente todos los años sería recibida por los casareños en la localidad. Desde la Cofradía Nuestra Señora la Virgen del Prado recuerdan que hace aproximadamente 28 años la imagen era portada a hombros por los devotos desde su ermita hasta el pueblo, recorriendo los casi 10 kilómetros de distancia. "Antes las andas eran más ligeras pero el camino se hacía a pie", señala el presidente de la Cofradía, Antonio Dómine. Ahora el traslado se hace en camión.
Con el regreso de la patrona a su ermita se mantiene viva la tradición de celebrar un día de romería. A mediodía la Virgen entrará en su casa y posteriormente se oficiará una misa. A diferencia de la romería de abril, en esta ocasión la imagen no sale en procesión por los alrededores, ni siquiera se pujan los banzos para el desfile que sí tiene especial protagonismo en el mes de abril.
Cada cuatro años los integrantes de la Cofradía, con la figura de un presidente y ocho diputados que forman la junta directiva, se encargan de gestionar el Patrimonio de la Virgen, de unas nueve hectáreas de terreno. Asimismo son estos representantes quienes dedican su tiempo de forma altruista a organizar los diferentes actos y cultos a lo largo del año.
La figura de los mayordomos, sin embargo, ha ido en decadencia en los últimos años. Este cargo que rota anualmente había quedado obsoleto en los últimos tres años. El pasado mes de noviembre los vecinos casareños Antonio Vivas y Marichón Pérez, devotos de la imagen, decidieron ocupar la mayordomía, que nadie ostentaba hasta ese momento. "Su función es estar presente en cada uno de los actos que se hacen a la Virgen y no hay que realizar tanto trabajo como la gente piensa porque realmente quien se encarga de todo es la junta directiva", señala Dómine, quien ha hecho de presidente y mayordomo los tres años que el cargo estuvo sin ocupar. Así, desde la Cofradía recuerdan que hace años había lista de espera para ostentar la mayordomía, un hecho que ha ido perdiendo el interés en los últimos años y que pretenden recuperar.
La Virgen cuenta además con numerosos anillos, pulseras y demás joyas donadas en su mayoría por los devotos. Destaca la medalla de San Hermenegildo al mérito militar. Alrededor de una decena de trajes guarda la Cofradía, los cuales va alternando en diferentes épocas del año. Sin duda el mantón más especial es el que hace algunas décadas fue adquirido gracias a una recolecta en la que colaboraron los vecinos de la localidad. "Se le conoce como el traje del pueblo, está bordado en oro y es el que se compró con la recaudación de todos los casareños", señala Dómine.
Hoy, la Virgen regresa a su ermita, lugar en el que permanecerá hasta el próximo año. Para los casareños se trata de un día especial, una jornada en la que la convivencia, la diversión y la devoción se mezclan en un sentir profundo, que resulta difícil de explicar.
Estos días un total de nueve asociaciones de la localidad se han encargado de la celebración del novenario, que se inició el pasado 16 de septiembre. Centenares de personas han acudido a la parroquia Nuestra Señora de la Asunción para acompañar a su patrona en los días de su visita a la localidad. La Virgen también ha recibido numerosos ramos de flores el día de su llegada, donde decenas de niños hicieron entrega a la patrona en el altar. Otros devotos los han ido depositando a lo largo de estos días. Las flores regresan hoy junto a la Virgen a la ermita del Prado.
Hoy los actos se trasladan junto a la ermita de la Virgen del Prado. A las 13.00 horas tendrá lugar la misa de romería. Este año la peculiaridad es la rifa de un caballo, donado por un devoto de la localidad, quien ha puesto a la venta un total de 2.000 papeletas al precio de un euro para realizar el sorteo del animal. La recaudación, 2.000 euros, irá destinada íntegramente a la Virgen.
Hoy, la Virgen regresa a su ermita, lugar en el que permanecerá hasta el próximo año. Para los casareños se trata de un día especial, una jornada en la que la convivencia, la diversión y la devoción se mezclan en un sentir profundo, que resulta difícil de explicar.