La tradicional 'sardinada' despide los actos carnavaleros

Santuka ofreció una batucada fúnebre. L.C.G.

Como marca la tradición carnavalera, la quema de los restos mortales de la sardina dicen adiós a intensos días de jolgorio y buenas sensaciones. Ayer tuvo lugar el velatorio de la sardina que, este año, fue bautizada antes de su muerte como 'Yupi' en honor a sus creadoras. Un grupo de jóvenes voluntarios fue el encargado de trasladar a la sardina desde las microescuelas por el Paseo de Extremadura hasta la estatua de Helénides, y su regreso nuevamente hasta la plaza de Las Palmeras.

Este acto contaba en ediciones anteriores con la presencia de grupos de jóvenes, que acudían ataviados de luto, para llorar la pérdida de la apreciada sardina. Sin embargo, los organizadores lamentan que este año no haya habido gente interesada. No obstante, se contó con la presencia de niños vestidos para la ocasión.

El acto estuvo amenizado por el grupo Santuka de Fuego, quienes con sus vestimentas e instrumentos protagonizaron una batucada fúnebre por segundo año. Pese a las bajas temperaturas de la tarde, decenas de personas salieron a la calle para asistir a la gran sardinada que el Ayuntamiento organizó con la ayuda de algunos colectivos (el hogar de mayores, la asociación Amigos del pueblo Saharaui y Gaia) quienes se encargaron de asar los 80 kilos de sardinas dispuestos para este evento, las cuales se acompañaban con el pan del pueblo y un vino.

La organización hizo también el reparto de dulces entre los asistentes. Como ya es habitual, las sardinas también llegan a los residentes de los pisos tutelados, quienes agradecen este gesto. Por la mañana, los mayores del centro de día también han celebrado su fiesta de la sardina.