

Casar de Cáceres cuenta a día de hoy con 583 árboles con nombre y apellidos. El programa 'Un árbol para crecer contigo' que puso en marcha hace 12 años el Ayuntamiento vincula a los bebés con el medioambiente desde sus primeras semanas o meses de vida.
Una iniciativa que hoy las familias casareñas han vuelto a aplaudir y con la que se sienten orgullosas. Esta mañana se han apadrinado 61 árboles a los niños nacidos en 2018, de los cuales 37 han sido para residentes en la localidad. El resto se han entregado a otros bebés, cuyos padres y abuelos son casareños, pero que por distintos motivos residen en otros pueblos y ciudades. Es el caso de los trillizos Manuel, Carlos y Eneko, de siete meses, que junto a sus familiares han asistido a este acto que ha tenido lugar en el circuito de La Charca. Oliva Tovar también ha viajado desde Madrid exclusivamente para estar presente en este acto. Así lo han confirmado sus padres, orgullosos de esta iniciativa y de que su pequeña cuente con este árbol, que visitará cada vez que venga al pueblo a ver a sus abuelos paternos.
También se ha dado este obsequio a otros tres niños que no tenían árboles, entre ellos, al casareño Juan Manuel Martín, de 8 años, que al nacer fue inscrito en Cáceres y ya figura como censado en su pueblo. Igualmente se la ha concedido este obsequio a Raúl Beltrán, y a Irene García, de 8 años, con gran vinculación al municipio por motivos profesionales de su madre. «Es la única niña que asiste a todas las actividades de Medio Ambiente que se organizan en la localidad», ha precisado orgullosa su madre, Isabel Cáceres.
Justo cuando las familias colocaban las placas en los árboles asignados llegaba al mundo la segunda casareña del 2019, Carla Campón Campón. Ella recogerá su árbol el próximo año. Quien sí ha llegado a tiempo para este obsequio es Adara Sanguino Mories, la última niña nacida del 2018, el 30 de diciembre, así como Claudia, Fernando y Adrián, que aún no tienen un mes de vida.
Hugo, Jara, Lara, Daniel, Paula, Marina, Lola, Melania, Luis, Manuela, Bryan, Román o Román forman parte de la larga lista de nombres que desde hoy integran este gran bosque de los nacidos. A Adriana García Núñez, que nació en marzo, le ha tocado una acacia. «Paseamos mucho por aquí y muchas veces nos hemos preguntado qué árbol sería el que le tocaría a nuestra niña», cuenta su madre Esther, que ya por fin sabe cual lleva el nombre de su pequeña.
Además todos los niños han recibido una maceta con una planta gracias a la aportación de la Junta de Extremadura, y Adriana la plantará en el campo de sus abuelos, en el Monte del Casar. Eso mismo harán los abuelos de Claudia Campón Tena, que mañana cumplirá un mes, y ya ha recibido estos dos regalos del Ayuntamiento de su pueblo.
Muchas familias repetían esta experiencia, y han sido numerosos los hermanos mayores que han acompañado a los más pequeños a recoger su árbol.
Con este acto público el Ayuntamiento también hace un reconocimiento a las familias que hacen que incremente la natalidad en el municipio. «Es un pueblo joven con futuro y aunque desgraciadamente perdemos población somos de los municipios que quizás pierda menos», ha expresado el alcalde, Rafael Pacheco.
A partir de ahora se incrementarán las visitas a los árboles casareños. Una iniciativa única que compromete a los niños con la naturaleza con el simple hecho de otorgar su propio nombre a un árbol.
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