La romería en honor a San Blas ha estado hoy más concurrida de lo habitual. La pandemia la interrumpió el pasado año, pero éste los casareños no se lo han pensado dos veces y han aprovechado que hacía sol para acampar en las proximidades de la ermita.
Tras nueve días en la localidad, los Santos han regresado hoy a su ermita. Lo han hecho tras oficiarse la misa en la parroquia, y quince minutos antes de ser recibidos con otra celebración religiosa en su santuario. Allí lo esperaban algunos devotos para portarlos hasta el interior de la ermita. Tras la misa no se ha llevado a cabo ni la procesión con los santos, ni la subasta de brazos.
La jornada ha transcurrido con centenares de visitas, de personas de todas las edades. Se han vuelto a vender cordones, pulseras y papeletas para la rifa de dos borregos. Y como no, se han dejado donativos al monaguillo José Antonio.
Decenas de grupos de amigos y familiares han querido disfrutar de este día en el campo. Algunos han llegado hasta el santuario a pie y otros a caballo. Se ha instalado un bar, así como un puesto de venta ambulante y una atracción infantil.
Es la primera romería a la que los casareños acuden tras el inicio de la covid, en la que aún ha sido necesaria el uso de la mascarilla, pese a estar al aire libre. Se han formado corrillos durante todo el día, y muchos han manifestado las ganas de volver a recuperar las tradiciones. Esta vez, ni el mal tiempo ni la covid han impedido acompañar a San Blas.
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