

La Jara se ha convertido hoy en el punto de encuentro de centenares de casareños. La romería de Las Cruces, en honor a la Virgen del Prado, se ha celebrado con buen tiempo, tras una Semana Santa repleta de actos religiosos.
La patrona de los casareños aguardaba en su ermita, vestida con su traje de fiesta, y rodeada por una ostentosa decoración floral. A la una del mediodía su santuario se ha llenado de devotos. Allí el sacerdote Rafael Barra ha presidido la misa, en presencia de los cinco matrimonios que integran la cofradía de la Virgen.
A las dos de la tarde, las imágenes de El Niño y la Virgen han salido de la ermita para realizar la tradicional procesión. Decenas de personas, niños y mayores se han acercado hasta ellas para portarlas. Querían sentirse muy próximas a ellas. Había quienes lo hacían por primera vez. «Mi primo Dioni es la primera vez que carga a la Virgen, es de aquí pero vive en Madrid», decía Marifé y Prado, dos hermanas ilusionadas y atentas de ese momento que experimentaba su familiar.
Otros muchos portan a la Virgen cada año en este Lunes de Pascua, aunque sea durante escasos metros. Los integrantes de la cofradía dirigían la imagen, que ha estado arropada por numerosos devotos hasta su regreso nuevamente a la ermita. Las hermanas Carmen y Rosa Vaca también han asistido a este encuentro. Residen en Barcelona y este año han hecho coincidir su visita al pueblo con estos días festivos. «Hace mucho que no veníamos a esta romería, casi ni recordamos la última vez», han dicho.
En este día son muchos los paisanos, residentes en otras ciudades, que posponen su regreso para estar en esta romería. La Virgen ha sido venerada durante todo el día en su ermita. No han cesado las visitas, de niños, jóvenes y mayores. Todos le han dedicado miradas de complicidad, rezos y peticiones. También ha sido día para agradecimientos. Una jornada para cantarle a la Virgen. De ello se han encargado un grupo de devotas que han alzado sus voces durante todo el recorrido.
La puja de los brazos también se ha realizado, como ya es costumbre, en este Lunes de Pascua. Teodoro Barrantes se ha vuelto a encargar de la subasta, que ha recopilado 270 euros. Los donativos han sido aportados por los casareños que han querido ofrecer su hombro para entrar a la Virgen a su ermita. Allí permanecerá ya hasta septiembre, cuando sea trasladada al pueblo para su novenario.
La cofradía también ha puesto a la venta numerosos artículos de la Virgen, y muchos asistentes han aprovechado para llevarse un recuerdo de la patrona.
Los alrededores de la ermita se han llenado de numerosos grupos de amigos y familiares, que han disfrutado de una jornada festiva, entre buenas charlas y comida.
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