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Martes, 6 de junio 2023, 22:56
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La empresa Covicash ha vuelto a sufrir un robo con butrón en sus instalaciones de la N-630. Se trata de la tercera vez que los ladrones han entrado, siempre de madrugada, a este establecimiento en menos de un año. Esta vez han provocado destrozos en la centralita y las cámaras de seguridad.
Los hechos tuvieron lugar el pasado domingo sobre las tres de la mañana. Tras acceder mediante un butrón por la pared de la oficina, la alarma saltó, pero los intrusos rompieron la centralita y sus dueños no pudieron ver qué pasaba a través del móvil. Uno de los propietarios se dirigió sin perder ni un segundo hacia su establecimiento pero, minutos después, cuando llegó ya no había nadie. Los autores ocasionaron importantes daños, pero no se llevaron nada. «Revolvieron todo y creemos que lo que buscaban era dinero, pero aquí nunca dejamos dinero», explica Richard Conejero, uno de los propietarios de este negocio familiar.
A inicios de este año cuatro hombres accedieron también al establecimiento realizando un butrón por una de las paredes de la zona reservada a los artículos de pesca. Se centraron en buscar dinero, y al ver que no lo encontraban en la zona de caja salieron corriendo llevándose algo de ropa que cogieron a su paso. En julio del pasado año también accedieron por el tejado y camparon a sus anchas llevándose numeroso material de todo tipo.
La nave está rodeada por otras fincas privadas, por las cuales los autores de los robos y destrozos acceden sin muchas complicaciones. Esto ha obligado a esta familia de empresarios a reforzar tanto la seguridad con nuevos sistemas de alarmas, como las paredes por las que han accedido. Durante los cinco años que llevan allí instalados ya han tenido que soportar seis robos, denunciados ante la Guardia Civil. «Esto es increíble, hemos gastado muchísimo dinero en cámaras y sistemas de seguridad pero siguen entrando, tenemos que agradecer a la empresa Seguridad Barrios todo lo que hacen por nosotros, incluso viniendo los domingos para darnos solución a lo que destrozan», detallan.
Los empresarios casareños sienten verdadera impotencia cada vez que la alarma salta y ven cómo los autores campan a sus anchas en su propio negocio. Todo sucede en cuestión de minutos. «Sabemos que la Guardia Civil los va a detener, están tras ellos», indican.
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