La fiesta de la Encarnación volvió a celebrarse como es tradicional. El pasado sábado, a las cinco de la tarde, la ermita se llenó de devotos para escuchar la misa que ofició el párroco Ángel Maya, procedente de Cáceres.
Integrantes de la Hermandad y de la directiva estuvieron también presentes en este acto, que este año ha vuelto a recuperarse tras dos años de ausencia. En él participaron también el coro joven de la parroquia, así como vecinos de distintas edades.
Tras el acto religioso, una mesa repleta de productos típicos quedó bendecida por el sacerdote. Los asistentes adquirieron todo tipo de dulces típicos, así como quesos y embutidos. Toda la recaudación obtenida por la venta de los productos servirá para sufragar gastos anuales y el mantenimiento de la ermita.
Algunos de los presentes manifestaron su alegría por volver a disfrutar de este encuentro, que se realiza el último sábado de marzo en la localidad.
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