La furgoneta de la frutería Carolina ya va rumbo a Polonia

La furgoneta de la casareña Carolina Fuentes no repartirá fruta estos días. Ella y su marido, Miguel Ángel Pulido, la ofrecieron para ir ayudar a los refugiados de Ucrania si era necesario. Ayer a mediodía les sonó el teléfono para saber si seguían dispuestos a participar en una misión solidaria. Su respuesta fue sí.

En apenas un día el matrimonio, que regenta la frutería Carolina en la plaza de la Concepción de Cáceres, se organizó para partir hoy con el convoy de SOS Ayuda Sin Fronteras. Se trata de una ONG sevillana formada principalmente por bomberos, policías nacionales y locales, guardias civiles y personal de emergencias sanitaria.

Miguel Ángel ejerce como policía local en Cáceres. Junto a su compañero de profesión, Chema Melchor, afrontarán durante los próximos días los 8.000 kilómetros de ida y vuelta de este viaje que se convertirá para ellos en una aventura. Tendrán que llegar hasta la frontera de Polonia con Ucrania. «Ha sido todo muy precipitado, me hubiera gustado acompañar a mi marido pero no he podido porque tengo que atender la tienda, así que le acompaña otro policía local», cuenta Carolina.

Desde el inicio del conflicto el matrimonio tenía claro que colaborarían en lo que les fuera posible. Así se pusieron en contacto con varias asociaciones para ver cómo podían ayudar. «Nos han avisado con poco tiempo, pero rápidamente hemos contactado con el Círculo de Empresarios de Cáceres que tenía acopiados alimentos, medicinas y productos de higiene en la empresa de Grúas Eugenio y hemos podido llenar la furgoneta para llevar todo lo posible», detalla.

El viaje no acaba cuando lleguen a Polonia, ya que Miguel y su compañero serán los responsables de trasladar a siete refugiados. La furgoneta es de nueve plazas, y los tendrán que llevar a los destinos en España que les sean indicados.

En esta misión no están solos. Para el afrontar el viaje han contado con la solidaridad de compañeros de profesión y muchos amigos, que no han dudado en colaborar para sufragar todos los gastos. «Se han volcado aportando ayudas y se lo agradecemos muchísimo», dice Carolina, que junto a su marido vive un día atípico pero que, sin duda, recordarán siempre.