MÚSICA
La pasión por su mayor afición, el rock, les ha llevado a poner en marcha un proyecto novedoso. El grupo casareño Antarttika, integrado por cuatro jóvenes, dirige desde hace algunos meses una escuela de rock que ya cuenta con trece adeptos. Esta iniciativa surge porque "nos identificamos mucho con la gente a la que les interesa esta música porque cuando nosotros empezamos nos sentíamos solos".
Durante dos horas a la semana estos aficionados maestros, que en sus inicios no tuvieron la suerte de ser formados por conocedores en esta materia, enseñan las mejores técnicas y conocimientos de la guitarra, el bajo o la batería. "Queremos que los chicos aprendan rápido, somos músicos de oído y hemos aprendido practicando, por eso ahora pretendemos que los chicos aprendan rock de forma rápida y en grupo", apuntan.
Este grupo señala que no hay ninguna escuela en la región de las mismas características. Así, Antarttika se sumerge en un proyecto que cuenta con la colaboración de la Junta de Extremadura, la cual aportó una subvención de 1.500 euros para su puesta en marcha. La cuota mensual es de 10 euros al mes. Dicen que es una cantidad simbólica para el mantenimiento de los instrumentos. "Hay gente que ofrece clases por 60 euros al mes, pero nuestra intención es que los amantes del rock aprendan y lo pasen bien", matizan. El pasado 13 de mayo los alumnos protagonizaron su primer concierto en grupo, ante la presencia de familiares, amigos y aficionados al rock.
Antarttika ya cuenta con un disco en el mercado y actúa en diferentes escenarios del ámbito nacional. Recientemente lo han hecho en Salamanca y Bilbao. Esta semana actuarán en la Gran Vía de Madrid. Ahora sus retos son seguir componiendo, enseñar y lanzar un nuevo disco.
Durante dos horas a la semana estos aficionados maestros, que en sus inicios no tuvieron la suerte de ser formados por conocedores en esta materia, enseñan las mejores técnicas y conocimientos de la guitarra, el bajo o la batería. "Queremos que los chicos aprendan rápido, somos músicos de oído y hemos aprendido practicando, por eso ahora pretendemos que los chicos aprendan rock de forma rápida y en grupo", apuntan.
Este grupo señala que no hay ninguna escuela en la región de las mismas características. Así, Antarttika se sumerge en un proyecto que cuenta con la colaboración de la Junta de Extremadura, la cual aportó una subvención de 1.500 euros para su puesta en marcha. La cuota mensual es de 10 euros al mes. Dicen que es una cantidad simbólica para el mantenimiento de los instrumentos. "Hay gente que ofrece clases por 60 euros al mes, pero nuestra intención es que los amantes del rock aprendan y lo pasen bien", matizan. El pasado 13 de mayo los alumnos protagonizaron su primer concierto en grupo, ante la presencia de familiares, amigos y aficionados al rock.
Antarttika ya cuenta con un disco en el mercado y actúa en diferentes escenarios del ámbito nacional. Recientemente lo han hecho en Salamanca y Bilbao. Esta semana actuarán en la Gran Vía de Madrid. Ahora sus retos son seguir componiendo, enseñar y lanzar un nuevo disco.