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Jueves, 7 de diciembre 2023, 16:15
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La casareña Rocío Barrera Vivas es una de las beneficiarias de las siete viviendas sociales que en los últimos meses se han adjudicado en la localidad. Denuncia que desde hace 10 días tiene que vivir en una casa inundada por las graves deficiencias que, tras serle concedida por la Junta de Extremadura, están sin resolver.
El pasado 17 de octubre recogió las llaves en el Ayuntamiento, concretamente la de la vivienda ubicada en el número 7 de la calle Larga Baja. Cuando ella llegó a la misma detectó algunas incidencias que eran visibles, entre ellas, humedades en las bóvedas de la cocina o puertas con carcoma que, según cuenta, ha tenido que tratar y pintar.
Hace varias semanas tuvo que contactar con la Junta para que le repararan la tubería de agua caliente que había reventado. «Vinieron unos chicos pero el problema comenzó otra vez hace 10 días, el agua llegaba a todas las habitaciones de la casa, llevo 10 días recogiendo agua sin parar y así no puedo vivir aquí con mis hijos», ha dicho esta vecina a Hoy Casar.
Pero la situación empeoró a inicios de la pasada semana y desde entonces la vecina no ha parado de solicitar ayuda. «Con las lluvias del pasado jueves se inundó mucho más, he llamado a varios sitios pero me pasan de un lado a otro y no me atienden», cuenta. Desde los Servicios Sociales de Base se ha emitido un escrito a distintos servicios, al Territorial de Cáceres; a la Secretaría general de Vivienda; y al servicio de mantenimiento de viviendas de Mérida.
La Policía Local también ha emitido un informe sobre las deficiencias que existen en la vivienda, ya que la arrendataria de esta vivienda social les ha pedido en varias ocasiones que acudan al inmueble. «Soy una persona con enfermedad del corazón y del pulmón, mis hijos son asmáticos y estamos aquí sin que se nos dé una solución, esto no se puede consentir», dice.
La situación ha provocado una gran ansiedad a la joven. «El médico lleva varios días viniendo a mi casa para tratarme, tengo ansiedad y me paso el día llorando, así no se puede vivir, hasta en su informe el médico verifica las malas condiciones en las que está la vivienda», resalta.
Esta situación ha provocado un altercado entre la arrendataria de la vivienda y la alcaldesa, Marta Jordán, y la teniente alcalde, Soledad Barrantes. «El jueves que llovió mucho y se inundó mucho más la casa fui al Ayuntamiento a pedir que me dieran un lugar para dormir, me dijeron que esta vivienda no es de su competencia, pero un mes antes de darme la llave pudieron verificar que estaba todo bien y no lo han hecho, les dije que ni yo ni mis hijos éramos perros», añade.
Tanto la alcaldesa como la concejala aseguran que «recibimos insultos y amenazas y la hemos denunciado, el martes se llevó a cabo el juicio al que ella ni se presentó», indica Jordán. Por otro lado, la afectada asevera que ha puesto una denuncia contra la regidora casareña y la teniente alcalde, ya que «ellas me han denunciado con falsedades, sólo porque se han querido lavar las manos». Desde el Ayuntamiento confirman que los días previos a esta disputa se le había ofrecido ayuda para resolver otros problemas que había en la vivienda. «No somos los responsables de esta vivienda pero la hemos ayudado con lo que ha necesitado, pero no vamos a consentir que nos amenace ni a nosotras ni a nuestras familias», aclara Soledad Barrantes.
La afectada, que también indica que ha denunciado a la Junta de Extremadura por no dar respuesta a esta situación, insiste en que denunciará si es necesario ante el Defensor del Pueblo. «Esto es algo urgente, mi casa está inundada y llena de humedad, aquí no se puede vivir, no paro de recoger agua, llueva o no llueva, y todo el mundo se lava las manos», detalla.
Hoy Casar de Cáceres solicitó información el pasado martes a la Junta sobre esta situación, pero a día de hoy no ha recibido respuesta sobre este asunto. Según ha podido saber este periódico, las últimas noticias de hoy son que la Junta ha contactado con Servicio Sociales del municipio para indicar su intención de dar una solución a esta problemática a partir del próximo lunes. «¿Qué hago yo estos tres días en esta casa? Aquí no se puede dormir, está todo inundado, ¿y si hay un cortocircuito? el agua llega hasta el salón, donde tenemos el brasero», reitera la arrendataria, que insiste en el cuadro de ansiedad que le ha provocado esta situación.
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