Los niños saharauis se quedan sin ser acogidos este verano

Este verano será muy diferente para los niños saharauis acogidos por familias españolas. A Casar de Cáceres no podrán venir los cuatro menores que mantienen a sus padres adoptivos en el periodo estival. La pandemia les obligará a refugiarse, como hasta ahora, en los campamentos de Tinduf.

«Este años es imposible, le afectará a unos 140 niños que venían a Extremadura, en su país las fronteras se han cerrado para evitar la propagación del virus», cuenta Paco Galán, vicepresidente de la Federación provincial Amigos del pueblo saharaui e integrante del colectivo local.

Él mismo tenía que recibir a finales de este mes a su hijo adoptivo, Abd Rahman, pero el reencuentro tendrá que esperar al próximo año. Paco y su familia le han enviado dinero para la adquisición de productos. «El niño es celíaco y todo es más costoso y le mandamos dinero cada vez que podemos para que ellos compren allí lo que necesite», detalla.

De hecho, antes del inicio de la emergencia sanitaria el colectivo local había comenzado una campaña de recogida de alimentos, que ante la imposibilidad de enviar al Sáhara, han sido aportados para el banco de alimentos de la localidad. «Por el momento cualquier ayuda humanitaria está suspendida, ni de alimentos ni medicina ni ropa, las fronteras están cerradas y habrá que esperar unos meses», señala Galán.

Desde Argelia la familia de Abd Rahman envían imágenes y mensajes de agradecimiento, al igual que hacen otros niños acogidos por familias españolas. «Cada familia les ayuda enviando el dinero que pueden y ellos nos muestran todo su cariño», dice.

Las familias sentirán el vacío este verano por no recibir a los niños saharauis. Y ellos se quedarán sin revivir la experiencia que les ofrece el proyecto 'Vacaciones en paz'.