Miles de personas siguen la procesión de los hombres
El momento más esperado de la noche fue el alzamiento de todas las imágenes para dar la bienvenida a La Soledad en la parroquia
Lucía Campón Gibello
Viernes, 25 de marzo 2016, 15:20
Las tradiciones religiosas dan que hablar año tras año. Anoche, miles de personas hicieron acto de presencia en la procesión más típica de Casar de Cáceres, la de La Pasión y Muerte de Cristo, o como la denominan los propios casareños, la de los hombres.
La de los hombres porque son ellos los que acompañan en el desfile a las nueve imágenes. Pero también estuvo arropada por muchas mujeres. La Oración en el Huerto fue la primera en salir de la parroquia, precisamente portada por algunas féminas que contribuyeron con su esfuerzo para que ningún paso se quedara en la iglesia. No había suficientes hombres para cargar y lo hacen ellas, decían admiradas un grupo de mujeres en la puerta de la parroquia.
Luego salió la Columna, que ante decenas de personas fue subida a hombros de sus costaleros con algo de dificultad. La escena acabó en un susto, aunque algunos adornos florales sufrieron daños. El tambaleo de imágenes suelen tener lugar tanto a la entrada como a la salida de las imágenes en la iglesia, un punto complicado para maniobrar por la estrechez y altura limitada de la puerta para el tránsito de los pasos.
La tercera en desfilar fue la Ventana, seguida de La Sentencia. Este año también ha llamado la atención el grupo de adolescentes que portaron a La Verónica. Son muy jovencitos, decían algunos devotos al verlos salir de la parroquia con esta Virgen. Jóvenes ilusionados que cogen el relevo de otros muchos casareños que durante años han portado las imágenes.
El Nazareno iluminó los ojos de muchos de los presentes nada más salir de la parroquia. Le siguieron durante todo el itinerario numerosas mujeres y niños, quienes realizan sus mandas cada noche de Jueves Santo. El Crucificado y La Piedad también precedieron a La Soledad, la última en salir iluminada con numerosas velas y seguida por decenas de devotas, alguna incluso descalza.
Nueve capataces se encargaron de que las imágenes desfilaran de la mejor forma posible. En los balcones las saetas se cantaban una y otra vez. Mujeres y hombres se atrevían con canciones sacadas de lo más profundo de su corazón para venerar un año más a las imágenes por las que sienten devoción.
Las calles Iglesia, El Santo, Ronda del Ejido del Santo, Larga Alta y Baja, Santiago y la Constitución estaban llenas de gente, en su mayoría mujeres, que ayer hicieron de espectadoras del largo desfile que dejaban el rastro de centenares de velas encendidas.
El momento más esperado de la noche fue, como cada año, la llegada a la iglesia. Expectación en la entrada de las imágenes ante un templo repleto de miradas, atentas a la señal que indicaba que todos los pasos se alzaban, al mismo tiempo, para dar la bienvenida a La Soledad. Pocos minutos después la iglesia se quedó en silencio y la cofradía del Santísimo y demás devotos velaron el Cuerpo de Cristo en su monumento.
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