El Cristo a su paso por la calle Sanguino.

Noche de emoción y fervor por la presencia del Cristo de la Peña

Muchos casareños acompañaron al Cristo en su Viacrucis, y otros lo vieron pasar desde balcones, ventanas, esquinas y calles

Lucía Campón Gibello

Jueves, 29 de marzo 2018, 15:38

El Cristo de la Peña vivió ayer una noche especial. Como cada Miércoles Santo fue el protagonista. Todas las miradas se centraron en él. Su piel morena resaltaba sobre el gran jardín de sus andas. Estaba impecable.

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Lució majestuoso en los brazos de los nazarenos que anoche tuvieron el privilegio de portar a esta imagen. La mitad de ellas eran mujeres, algunas adolescentes, que sienten especial devoción por este Cristo, una fe inculcada por sus padres y abuelos.

Puntual como de costumbre, la Hermandad del Cristo de la Peña, salió con su estandarte de la parroquia. Eran las 22.00 horas, y en la puerta principal aguardaban numerosos casareños. Este día los vecinos escogen distintos escenarios para ver al Cristo. Quienes lo hacen en la puerta de la iglesia destacan lo bonito que es ver a la imagen salir por la puerta o escuchar el himno de España cuando aparece el Cristo que nos pone los pelos de punta. La imagen estuvo dirigida por el joven casareño Andrés Lucas, que lleva tres años realizando este cometido.

Ese himno fue interpretado en esta ocasión por la Banda del Cristo de la Salud de Cáceres, que también contó con representantes de la cofradía, al igual que del Cristo de la Humildad o de la Expiración (nazareno vestido con capuchón de color azul). En el recorrido también participaron representantes de todas las cofradías y hermandades casareñas, así como de los grupos políticos.

Durante toda la noche se vivieron momentos de gran emoción para muchas familias, principalmente en donde se realizaron las catorce estaciones del Viacrucis. El Cristo pasó primera hora por la calle Sanguino y sus vecinos salieron a los balcones, se asomaron a las ventanas, y se asomaron a las esquinas. Lo hicieron los casareños de todas las edades, orgullosos de ver al Cristo pasar frente a sus hogares. Nos ha emocionado mucho verlo, decía una vecina de avanzada edad.

De los ojos de muchos devotos brotaban lágrimas. A la mente de muchos anoche se le venían recuerdos de personas que ya no están, de agradecimientos, y de peticiones por quienes padecen alguna enfermedad o alguna dificultad hoy día. Con el Cristo de la Peña afloran los sentimientos, y por eso no quisieron perderse la oportunidad de venerarlo en su única salida anual por las calles del pueblo.

Varias personas le regalaron al Cristo las saetas más bonitas a lo largo de todo el recorrido. Transitó por la Ronda del Ejido del Santo y Larga Alta, pero esta vez hizo un desvío hacia la Travesía de América para continuar por la calle Barrionuevo Alto. Desde allí volvió a desembocar en la Plaza de España, en donde aguardaban numeroso público. Los costaleros realizaron un baile con el Cristo, al que levantaron y movieron al son de los instrumentos. Se trata de uno de los momentos más esperados del Viacrucis, y muchos de los casareños lo inmortalizan con sus cámaras para difundirlo a través de las redes sociales.

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El recorrido finalizó por la Avenida Constitución y Plaza de la Llanada. Así culminó la noche más especial del Cristo de la Peña, y que volvió a llenar de admiración a los casareños.

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