

LUCÍA CAMPÓN GIBELLO
Viernes, 27 de abril 2018, 17:24
Será la cuarta vez que el joven casareño Miguel Ángel Villa Vaquero se sume a la iniciativa de la Asociación bomberos solidarios de Cáceres, organizadora de la quinta edición de ruta a pie por la fibrosis quística.
Nadie mejor que él sabe la importancia de vincular la actividad física a su día a día. Él padece esta enfermedad, y en 2015 recibió un trasplante de pulmones. El deporte es nuestra salvación, dice este afectado por una enfermedad genética, que según explica ha pasado de ser mortal a crónica.
Y es precisamente por lo que el grupo de bomberos comenzó hace cinco años con este encuentro solidario. Uno de los organizadores también tiene una hija afectada por esta enfermedad, y de ahí surgió la iniciativa que ya suma cuatro ediciones por tierras extremeñas (la primera se desarrolló en Galicia junto a compañeros sevillanos).
Ya está todo listo para que este sábado, día 28, los aproximadamente 200 inscritos en esta ruta solidaria realicen los 55 kilómetros en 12 horas. Partirán de la plaza Mayor de Cáceres a las 9.00 horas, y pasarán por Casar de Cáceres, Arroyo de la Luz, Malpartida de Cáceres y regreso al mismo punto de partida.
Hace un año Miguel Ángel superó la experiencia de los 100 kilómetros en menos de 24 horas. Fue muy duro pero lo conseguí, llegué entre los treinta últimos a la meta y habíamos empezado la prueba unos 75. Un reto difícil, pero recuerda que estuvo rodeado de numerosos compañeros, amigos y familiares, que le hicieron superar esta prueba.
En estos cuatro años, este joven de 37 años ha sido el único participante en la ruta que padece esta enfermedad. La primera fueron 57 kilómetros, al año siguiente hice los 47 kilómetros pero necesité llevar oxígeno, y el año pasado logré acabar los 100 kilómetros y ya llevaba casi dos años trasplantado, recuerda satisfecho.
El objetivo es recaudar fondos que irán destinados íntegramente a la Asociación Extremeña de Fibrosis Quística (con sede en Cáceres). Cada participante contribuye con 20 euros y las ganas de dar una buena caminata.
Esta ayuda resulta importante para quienes padecen esta enfermedad, ya que requieren de fisioterapeutas respiratorios y entrenadores a domicilio de forma constante. Estos profesionales son quienes les instruyen en sus ejercicios físicos diarios. Cuantas más ayudas haya en la asociación más veces nos visitan el fisioterapeuta o el entrenador, que nos dan técnicas nuevas para realizar, aclara.
Miguel Ángel dedica entre cuatro y cinco horas al día a hacer deporte. Hago gimnasio, corro, camino mucho, y todo lo que puedo al aire libre, y deportes como el fútbol o el baloncesto ya no puedo porque son peligrosos por la operación, explica.
Recibió la baja laboral de forma definitiva antes de ser operado. Con esta enfermedad hay muchas limitaciones en puestos de trabajo, sobre todo en los que haya humo o polvo, tampoco puedes estar en bajas temperaturas o pasar calor porque si sudas te puede deshidratar, señala.
Afronta su nuevo reto con ganas, y reconoce que le hubiera gustado repetir la experiencia de los 100 kilómetros. Con su implicación también pretende concienciar a otros pacientes de fibrosis sobre la importancia de hacer deporte cada día, ya que asegura se consigue calidad de vida.
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