
lucía campón / a.b.h.
Martes, 7 de agosto 2018, 20:58
El peregrino alemán de 40 años que el pasado fin de semana falleció a unos dos kilómetros de Cañaveral pasó por Casar de Cáceres, pero no pernoctó en el albergue municipal, según han indicado desde la Oficina de Turismo. Tampoco entró en estas dependencias municipales, ni selló la credencial del peregrino.
Según ha publicado el DIARIO HOY, el pasado viernes, día 3, el fallecido escribió en su cuenta de Twitter: «Ahora estoy cogiendo fuerzas en Casar de Cáceres. No hay nada en los próximos 22 kilómetros, nada». Dos días atrás decía que comenzaba este recorrido por la Vía de la Plata, desde Mérida a Finisterre. Desde la Oficina han resaltado que el peregrino fallecido pudo pasar, según algunas investigaciones y testimonios, sobre las 10.30 y 11.00 horas por la calle Larga. Hizo un alto en la plaza del Ayuntamiento pero decidió proseguir su camino.
Sobre las siete de la tarde del pasado viernes el responsable del albergue de Cañaveral, Martín Miguel Orovengua, recibió una llamada de la esposa de Josef. «Me llamó desde Alemania, me dijo que su marido se había puesto en contacto con ella, que estaba mal y que fuera a buscarlo, que desde donde estaba veía Cañaveral». Martín recorrió con su todoterreno el camino inverso que supuestamente había hecho el peregrino alemán. Desde Cañaveral hasta el embalse de Alcántara y vuelta al pueblo. «Y no le encontré, por lo que sobre las nueve di aviso a la Guardia Civil, y se continuó con la búsqueda; porque su móvil además ya no funcionaba», ha explicado.
El cadáver de Josef fue encontrado más de 24 horas después, sobre las diez de la noche del sábado, a unos dos kilómetros de Cañaveral, pero no en el camino, sino a unos 200 metros de él. «Creemos que al encontrarse mal, quiso atajar, para llegar antes, pero esto impidió que le encontrara; cuando uno se sale del camino es muy complicado, porque el espesor de los jarales te impide ver», señaló ayer Martín.
Desde enero a mayo un total de 1.125 peregrinos han pasado por la localidad, y han dejado constancia de ello. Sin embargo, el tránsito de personas que hacen el Camino de Santiago ha descendido notablemente en los meses de junio y julio, aunque cada día hay una media de cuatro o cinco peregrinos que pasan por la localidad casareña, según las mismas fuentes.
El propietario de la cafetería Majuca, Julio Carretero, ha explicado a Hoy Casar de Cáceres que el peregrino alemán tampoco paró en su establecimiento. Es una locura no dormir en Casar y continuar porque el albergue del embalse está cerrado porque están de obras y tienen previsto abrir a primeros de septiembre. De aquí a Cañaveral no hay nada, ni sombra ni agua, pero el otro día vino al bar un inglés y le pregunté que cómo iba con este calor y me dijo que este camino lo había hecho tres veces, o un ciclista que en plena ola de calor venía sofocado y le aconsejé que se fuera por la N-630 en lugar de por el camino, puntualiza.
Anoche una francesa llegó en taxi a su bar a las 22.00 horas. Llegó descalza y sin dinero. Le abrí la puerta del albergue porque no se iba a quedar en la calle a dormir, asegura. Carretero trata a diario con los peregrinos que llegan a su establecimiento. A muchos de ellos les da el número de teléfono del taxi de Cañaveral. Se lo doy a muchísima gente, anoche mismo se lo di a los que pernoctaron allí. Les aconsejo que si se ven en apuros llamen al taxista que por 12 euros que cuesta, no es dinero y se aseguran llegar bien, añade.
Otro peregrino que salió ayer de Casar de Cáceres es Kevin Pérez. Él mismo aseguró a este diario que «es cierto que es un tramo difícil, y más con este calor, pero no más que otros anteriores ni posiblemente posteriores». Este joven de 21 años llegó a las once de la mañana de ayer a Cañaveral desde Casar de Cáceres. Hizo, por tanto, el mismo recorrido que Josef emprendió el viernes.
«Me preparé para los 33 kilómetros porque sabía que el albergue del embalse estaba cerrado, porque me lo dijeron en otros albergues y porque de ello se informa en las páginas de la ruta». En su caso, salió a las cinco de la madrugada de Casar y seis horas después, sin gastar del todo el litro y medio de agua previsto para la ruta, llegó al albergue de Martín Miguel. En su etapa 12, porque este pamplonés emprendió el camino el 26 de julio desde Sevilla. «Y hasta el momento la etapa más dura fueron los 37 kilómetros desde Zafra a Almendralejo».
Su objetivo es llegar el 28 de agosto, tras 34 días de marcha a Santiago. Confía en que las previsiones meteorológicas se cumplan y que las altas temperaturas terminen, para así reducir el alto riesgo de sufrir un golpe de calor, lo que posiblemente sea la causa del fallecimiento de Josef Scheffler.
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