El carbote se mezcla con Halloween y el gusto de los niños por disfrazarse
Ayer se celebraron varias fiestas en la localidad, y la más numerosa congregó a unos 120 niños y sus familiares
LUCÍA CAMPÓN GIBELLO
Jueves, 1 de noviembre 2018, 08:54
Una de las tradiciones que los casareños siguen sin pasar por alto es el carbote. Una festividad en la que se comen castañas asadas, chocolate con churros o muchos otros frutos de temporada.
Pero en los últimos años esta costumbre se mezcla con una moda extranjera, y la combinación de ambas da como resultado, por ejemplo, la fiesta de un carbote hallowinero. En ese encuentro, organizado por un grupo de madres, participaron alrededor de 120 niños de distintas edades, sus padres y algunos abuelos. El pasado año lo organizamos por primera vez en La Pérgola con menos niños pero esta vez la respuesta ha sido enorme, detalla María Tovar, una de las promotoras de esta iniciativa.
El acto tuvo lugar en una nave del polígono La Cañada y los niños acudieron disfrazados a la cita. La presencia de pequeñas brujas, dráculas, diablos, momias o esqueletos destacaban en la fiesta. Yo soy más de carbote que de Halloween, pero a los niños les encanta disfrazarse, resaltó uno de los padres asistentes, Juance Barrera.
Y no sólo a los niños, porque a algunos padres también acudieron disfrazados. A mí me encanta disfrazarme, matizó María Dionisio.
A los niños les encanta disfrazarse de cosas de terror pero también les inculcamos las tradiciones que nosotros hemos vivido y tenemos churros y chocolate para todos, y se trata de que todos pasemos un buen rato, apuntó Esther Núñez, otra de las organizadoras.
Las familias no quieren olvidar la importancia del carbote, pero aseguran que a los niños les atrae todo lo que son disfraces de Halloween porque lo ven en los dibujos de la televisión o lo aprenden por ejemplo cuando van a sus clases de inglés. De hecho, el Centro Local de Idiomas invitó a todos los niños a acudir disfrazados esta semana a sus clases.
Ayer la fiesta del carbote se celebró también entre grupos de vecinos, entre ellos, los de la Barriada de Las Malvinas, que por segundo año sacaron a la calle los productos más típicos de esta festividad para compartirlos. En este acto los niños también acudieron disfrazados y no faltaron los churros con chocolate. Otro grupo de padres organizó otra fiesta a sus hijos en el centro de ocio y cultura.
En el colegio público León Leal Ramos o en el centro infantil Zarapico continúan ensalzando la tradición de asar castañas, y ayer todos los niños estuvieron implicados en esta costumbre. Incluso se llevaron a casa algunas castañas, y manualidades que simbolizaban el carbote.
La tendencia de los últimos años es la de unirse para que los niños disfruten conjuntamente en esta festividad, aunque inevitablemente Halloween comienza a adquirir protagonismo. Los adolescentes promueven las salidas nocturnas, con sus disfraces más tétricos, y cada vez más salen por las casas para implicar a los vecinos en el truco o trato.
Hoy, día de Todos los Santos, será una jornada de campo para muchos, otro día de carbote, de encuentro entre grupos de amigos y familiares.
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