

El segundo día de novena en honor a la Virgen del Prado ha discurrido con inquietud entre los fieles. Minutos antes de las 20.30 horas, un peregrino de procedencia desconocida, ha entrado en la parroquia y se ha ubicado entre los primeros bancos.
En un primer momento, su presencia ha llamado la atención de los devotos que se encontraban en el templo porque ha acudido con una gran mochila sobre su espalda. Nada más comenzar la eucaristía el varón, de algo más de 40 años y con melena rubia, ha comenzado a realizar distintos gestos y a intimidar a los fieles que se encontraban próximos a él.
El peregrino ha inquietado con sus extraños movimientos en todo momento. Se ha girado para mostrar parte de su pecho a quienes se sentaban tras él, y ha mostrado en reiteradas ocasiones fotografías y textos de algunos libros religiosos, alzando los brazos y señalando con los dedos.
Además, de su mochila ha extraído un objeto parecido a un gran tirachinas, que nadie en la parroquia ha sabido identificar. En el momento de la paz ha dirigido su mirada de nuevo a los fieles, con las manos unidas, junto a su pecho. «En un momento ha hecho que disparaba hacia el retablo, como si tuviera un arma en la mano», ha precisado uno de los testigos.
Durante la celebración religiosa no ha alzado la voz, pero sí ha levantado su mano con un pequeño bollo de pan cuando el sacerdote ha procedido a consagrar la hostia. Él no ha comulgado.
La constante mímica realizada durante los aproximadamente 45 minutos que ha permanecido en la parroquia ha incomodado a los devotos, y algunos incluso se han visto obligados a cambiar de asiento. «Me he asustado mucho porque no era normal lo que hacía», ha expresado otra casareña.
Antes de marcharse, ha dejado un papel, enrollado como un pergamino en el banco previo al altar. Algunos devotos, entre ellos integrantes de la cofradía de la Virgen del Prado lo han visualizado para saber de qué se trataba. En él, el peregrino hacía referencia a más de una decena de citas bíblicas, escritas en castellano. Entre ellas hacía alusión a enlaces de Facebook y Youtube.
Al término de la misa, el sacerdote, Luis Vidal Arias, ha manifestado que «podría ser un protestante», teniendo en cuenta su forma de actuar.
El peregrino se ha hecho notar incluso hasta el final, ya que justo cuando los fieles salían de la parroquia, él permanecía arrodillado y con brazos alzados mirando hacia el cielo. «Esta tarde lo he visto mirando la ermita de Santiago y ahora me lo encuentro aquí», ha puntualizado otro asistente.
Sin duda, la intranquilidad provocada por este visitante desconocido ha sido la anécdota de la jornada religiosa de hoy, en la que los cantos a la Virgen del Prado tampoco han faltado.
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