

El proyecto de reforma del polígono industrial Charca del Hambre ya se conoce al detalle. Este lugar, por el que a día de hoy atraviesa la N-630, pretende convertirse en una zona pionera, que tenga como protagonista una gran calle comercial.
Como ya se había publicado a finales del pasado año, la idea para cambiar este polígono la ha desarrollado un equipo de cinco arquitectos de Madrid, Bélgica e Italia, premiados en el concurso 'Europan15'. Hoy, uno de ellos, Joaquín Millán, se ha encargado de exponer a los vecinos el proyecto de futuro para esta zona que, según dice, «tiene un gran valor paisajístico».
«Es una zona que poco a poco ha ido perdiendo su atractivo, que hoy día está diseñada para que pasen coches muy rápido por la carretera, que no es agradable para pasear, con espacios degradados, con residuos, una antigua dehesa que de repente ha perdido su valor paisajístico», ha expresado.
Sobre los planos, a gran escala, se da un giro drástico a esta zona, a la que se pretende llenar de vida, a la que se pueda acceder caminando desde el pueblo de una forma cómoda (se diseñan rutas y senderos para coser transversalmente el polígono con el municipio, El Monte y la Dehesa) y en la que puedan asentarse numerosas empresas (relacionadas con el sector quesero, la artesanía, la restauración o el ocio).
Con todo ese planteamiento, el objetivo es generar riqueza, además de convertir este lugar en una zona sostenible y de referencia.
Entre las fases que se proyectan para la recuperación del polígono destaca como prioritaria la adaptación de la normativa para la edificación. De esta forma se podrían reciclar naves y fábricas, ya en desuso, y adaptarlas a otras ideas de negocio, en la que se puedan crear «espacios híbridos».
Según explica la persona que encabeza este proyecto, se trata de que «no sea sólo un gueto industrial, sino que cuente también con residencias». Así se plantea la construcción de viviendas-taller, con el fin de promocionar espacios mixtos de trabajo con hogares. También se proyectan oficinas, las cuales se podrían aproximar al margen de la carretera, para que sean visibles y accesibles.
La idea es eliminar las vías de servicios paralelas a la nacional, construir rotondas, y que los coches puedan circular más despacio, dando tiempo a fijarse en las empresas que habitan en la zona. Así se les invita a parar, a conocer los productos o servicios y, en definitiva, conseguir clientela.
La denominada 'calle comercial' en la que se convertirá la N-630 sería el eje de unión del resto de parajes con los que cuenta esta zona. «No es necesaria tanta carretera, se podrían convertir las calles industriales en urbanas», ha precisado.
Quienes transiten por ella podrán disfrutar al mismo tiempo de la Charca del Hambre o del pantano viejo, zonas para las que también se ha diseñado un proyecto de remodelación. A futuro, con la previsión de que la vía férrea dejará de utilizarse, se proyecta un gran carril verde deportivo, por el que puedan circular las bicicletas.
El equipo de arquitectos lo tiene claro: el gran potencial de este lugar es el paisaje. «Es una zona atractiva para vivir, y muy pocos polígonos industriales en el mundo han intentado algo así», resalta el joven arquitecto.
Con este planteamiento se pretende además impulsar el Turismo, con actividades en torno al queso, al ganado o la artesanía. Entre la lluvia de ideas que se lanzan con este gran proyecto, que se plantea para largo plazo, no se pasa por alto la importancia de incluir actividades de ocio y crear espacios deportivos en el interior de naves que están hoy día en desuso.
Otra de las integrantes del proyecto, Martina Almela, ha resaltado que para poner en marcha las distintas fases es de suma importancia la implicación de los vecinos, que se aporten ideas para llevarlas a cabo. «Es un espacio que pide a gritos reciclarse y que poco a pocos se está autodestruyendo», han matizado los arquitectos.
El alcalde, Rafael Pacheco, ha manifiestado que «tenemos una zona espectacular que hay que poner en valor y venderlo al exterior». Y esa será una de las prioridades esenciales, la de conseguir que inversores locales y de otras localidades se interesen por esta zona para poner en marcha sus negocios. El primer paso, según indica, es trabajar para el cambio de la normativa actual, en colaboración con la Junta de Extremadura.
El proyecto ganador, junto al resto de los otros trabajos presentados a esta convocatoria, serán expuestos en las próximas semanas en la localidad. Mañana el Ayuntamiento dará a conocer cada detalle a los empresarios del polígono industrial.
Desde este momento, el proyecto 'La Charca de la abundancia' arranca con un cúmulo de ideas que habrá que desarrollar para revitalizar esta zona industrial casareña.
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