«He regresado de Italia y he dado negativo en las pruebas de coronavirus»
La estudiante Erasmus, Cristina Barbancho, ha sido sometida a la prueba tras presentar síntomas en los últimos días
Cristina Barbancho Borrella conoce en primera persona la situación de intranquilidad que se vive a causa del coronavirus. Ayer recibió la mejor de las noticias. Tras hacerse la prueba, los resultados han dado negativo.
Hasta la pasada semana, la casareña se encontraba en Italia realizando un máster de Ingeniería Industrial con beca Erasmus. El viernes, 6 de marzo, decidió coger el avión de regreso a casa ante la situación de emergencia sanitaria que se vivía en el país por la propagación del Covid-19.
Llegó a su pueblo natal aliviada, pero días después se notó síntomas que le hicieron pensar que podría haberse contagiado. El pasado martes llamó al 112 para comunicar que tenía tos y algo de fiebre. Contó que acababa de llegar de Italia. «Los médicos me indicaron que me quedara en casa, que no tuviera contacto con mis padres, que bebiera mucha agua y tomara paracetamol cada seis horas», dice la joven. En ese momento no le hicieron la prueba.
Pero dos días después todo cambió. El equipo médico la llamó y se sometió a un cuestionario de aproximadamente una hora. Finalmente le indicaron que al día siguiente le harían la prueba para saber si estaba contagiada. «Me tomaron muestras de la mucosa con un bastoncillo largo y también de la boca», aclara. El sanitario que acudió a su casa fue ataviado con todos los equipos de protección individual. Ayer ya se conocía el resultado. «Yo estaba tranquila por mí pero me preocupaba mucho la situación que podría generarse por la gente con la que había estado en contacto al llegar de Italia, sobre todo, me preocupaba mucho por mi abuela y mis padres», detalla.
Lleva ya seis días de aislamiento domiciliario. Cinco de ellos recluída en su habitación sin contacto con sus padres. «Me traían la comida en una bandeja, todo lo que tocaba lo iba desinfectando, manillas de puertas o cualquier superficie», relata. Ahora ya puede, al menos, compartir mesa con sus padres tras saber que no existe el temido contagio.
Estos días está aprovechando para realizar el trabajo final de máster, que deberá presentar en la Universidad de Sevilla. Ya no tiene que regresar a Italia, los seis meses de formación ya han culminado. «Este mes me iba a quedar allí para viajar por todo el país, pero el 21 de febrero saltó todo allí, de hecho tenía tren para ir a Milán pero lo cancelé, y me quedé en Roma donde hice aislamiento voluntario hasta que definitivamente me vine porque cerró la Universidad», cuenta.
Desde su casa, vía telefónica, se le nota tranquila y feliz. «Sé que mucha gente se ha preocupado, soy una joven estudiante que regresa de Italia a su pueblo, pero puedo lanzar un mensaje de tranquilidad tras dar negativo en las pruebas, he tenido un catarro en el peor momento», zanja.
Ahora afronta el aislamiento domiciliario con más sosiego, y a la espera de que todo pase cuanto antes.
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