

Un grupo de personas han logrado sustraer la máquina tragaperras del bar El Rincón de Antaño, ubicado en el Paseo de Extremadura. El robo se ha producido la pasada madrugada.
Sobre las 3.50 horas varias personas forzaron las dos puertas de acceso a este establecimiento. Primero la de hierro y luego la de aluminio. Los ruidos despertaron a un vecino, que no dudó en arremeter contra los ladrones. Se fueron y a los pocos minutos volvieron para conseguir su objetivo. «Han entrado por la puerta principal, han venido con un pico de obra y una pala para hacer palanca, la alarma saltó, un vecino les gritó tras escuchar los ruidos y ellos le vaciaron un extintor para evitar que los vieran», cuenta Óscar Alonso, dueño de este bar.
Pese a que la alarma había saltado, se ha enterado de lo sucedido a las siete de la mañana cuando ha llegado al bar. «Tenía el móvil sin batería y cuando he llegado esta mañana me he encontrado con todo esto», dice.
Es la cuarta vez en el último año y medio que este propietario sufre robos. Tres de ellos en el bar La Estación que regentó hasta la pasada primavera. En aquellas ocasiones se llevaron calderilla en un primer momento, en otro asalto se llevaron la televisión de plasma, y en el último lograron sustraer una gran cantidad de botellas y lotería.
El 17 de mayo comenzó a dirigir este otro establecimiento, y justo cinco meses después se ha visto envuelto en un nuevo robo. «Estoy gafado, esto es como de película, menos mal que las grabaciones dejan claro cómo fue el robo, en La Estación robaban entrando por la puerta de cristal, pero con este robo está claro que si quieren robar, roban», señala.
Minutos después de ser increpados por el vecino, los dueños de lo ajeno entraron al establecimiento. Faltaban tres minutos escasos para las cuatro de la madrugada. «En sólo 20 segundos, según las grabaciones, le propinaron varios golpes a la máquina pero como no se abría la tiraron al suelo y se la llevaron entre dos personas», relata.
Hoy la máquina ha aparecido en las proximidades de la piscifactoría. «Está inservible», dice. El propietario de la empresa que gestiona la tragaperras y el gerente de este bar han puesto la denuncia ante la Guardia Civil.
La recaudación que hayan podido sustraer se desconoce, aunque por los cálculos estiman que rondarán los 500 euros. «El martes fue la última vez que se hizo recaudación», resalta. El valor de la máquina ronda los 8.000 euros.
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