El sol resplandece para la romería de San Benito

Hasta esta mañana muchos casareños dudaban de si podrían disfrutar de la romería de San Benito debido a la intensa lluvia que hizo acto de presencia en plena madrugada en la localidad. Finalmente el sol ha brillado durante todo el día y el buen tiempo ha acompañado a quienes se han atrevido a pasar una jornada en el campo, junto a la ermita de los patronos.

La mayor afluencia de público se ha registrado en los alrededores de la ermita para la Eucaristía ofrecida por el párroco Ángel Maya antes de la una del mediodía. El interior del santuario ha estado repleto de devotos, y una vez más ha habido asistentes que han seguido la misa desde la puerta. Eso ha hecho que el sacerdote se haya aproximado en algún momento hasta esa zona para hacerles partícipes también de ese momento.

Sobre las dos de la tarde San Benito ha salido de la ermita, acompañado por San Blas, para realizar el breve recorrido por el recinto. Ese momento es muy esperado por los devotos que quieren cargar con ambas imágenes durante algunos minutos. San Benito ha lucido sobre su mano derecha algunas medallas de su propia imagen que la hermandad ha puesto a la venta al precio de cinco euros. Se han realizado 300. También los visitantes han podido hacerse de cordones bendecidos, que se han repuesto ya que hubo gente que se quedó sin ellos en la festividad de San Blas.

Antes de que los Santos entraran nuevamente a su casa, Teodoro Barrantes, ha vuelto a guiar un año más a San Benito en la corta procesión, al mismo tiempo que se ha encargado de realizar la puja de los brazos. «Mientras pueda, siempre estaré aquí», ha manifestado a Hoy Casar. Por el santo que viste de negro se han ofrecido 100 euros, mientras que por el que lleva vestimenta blanca han dado 70 euros.

En un momento dado han surgido dudas de si los Santos debían entrar mirando hacia su ermita y no dar la espalda a quienes les acompañaban, o si debían hacerlo mirando a los asistentes. «Todos los Santos y Vírgenes deben entrar mirando hacia la iglesia o ermita, como cuando uno entra en su casa que no lo hace entrando de espaldas», ha aclarado Vicente Sanguino, quien lleva varias décadas ejerciendo como capataz en actos de la Semana Santa.

San Benito ha estado rodeado de casareños de todas las edades. Especialmente, si algo destaca en estos encuentros cuando predomina el buen tiempo es la presencia de vecinos de avanzada edad, acompañados por hijos, nietos e incluso bisnietos, que acuden hasta este santuario para ver a los patronos más cerca y, ya de paso, hacerle sus rezos y plegarias.

La romería se ha llevado a cabo de forma tranquila, y el ambiente ha estado protagonizado por los corrillos de amigos y familiares, donde se han compartido todo tipo de viandas y conversaciones. Los niños han disfrutado también tocando la campana de la ermita y visitando al monaguillo José Antonio. No han faltado alguna que otra atracción de feria, puestos ambulantes y una caseta de bar.