

Estos días quien se aburre en casa es porque quiere. Basta con echar a volar la imaginación para realizar un sinfín de actividades que son válidas para tiempos de confinamiento.
Son días de retos y apuestas virtuales. Los casareños se divierten enviando vídeos y proponiendo a compañeros de clase, padres, amigos y cualquier familiar a que impregne su cara sobre un plato repleto de harina. Eso es lo que han hecho hoy, por ejemplo, algunos alumnos de Infantil y Primaria del colegio León Leal Ramos. Han logrado implicar incluso hasta algún maestro.
La complicidad entre los grupos es llamativa, porque nadie quiere quedarse sin formar parte de los retos. En estos casos la vergüenza queda relegada, incluso, a un segundo plano.
Estas ideas ingeniosas ayudan a sobrellevar las tardes en familia, a la vez que se estrechan lazos a través de los mensajes. Resulta ser una terapia de grupo, en las que las risas se contagian al ver a los participantes protagonizando momentos divertidos.
Estos días también se ha puesto de moda lo de disfrazarse en casa y retar a otros familiares a que lo hagan, además de enviar juegos de palabras, raparse el pelo o algunas propuestas que, con cualquier artilugio, se pueda hacer en casa.
Las escenas domésticas se multiplican, los vídeos cortos rulan sin parar estos días, con el único fin de hacer reír y pasar ratos divertidos. En estos momentos, sólo hace falta atrevidos que sucumban a estas ideas.
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